Sesión con Annick (Modelo) y Aniley (MUAH)

23

NOVIEMBRE, 2017

El otro día estuvimos en Big One Studio  echando la mañana Annick Angèle, Aniley Hernández y el que esto escribe. Llevábamos ideas como para tres o cuatro sesiones, así que lo único que había que hacer era, parafraseando a Valdelomar, manejar el tiempo.

Claves bajas, algo de moda, cuellos vueltos, texturas, fondos amarillos, piel, oro, líneas, salpicaduras… Todo finalmente ordenadito en ese 4 en 1 que decía antes. Como resultado un montón de fotos que ahora hay que filtrar, seleccionar, volver a filtrar, etc, para luego poder sacar el resultado adecuado: un puñado de fotos que, por lo menos, para los implicados, merezcan la pena.

Cuando el compromiso es fotografiar personas, es fundamental que con ellas fluya el mismo sentido del trabajo, que haya una sintonía más o menos perfecta, que el plasmar ideas sea algo divertido en sí mismo, sin importar (en el momento de hacerlo) más que el estar ahí haciendo justo eso. Además es precisamente eso lo que va a hacer que las fotos resultado transmitan algo. Creo firmemente que sin esa “conexión” es imposible. Las fotos podrán estar bien hechas, ser técnicamente correctas. Pero carecerán de alma y no transmitirán nada.

Me refiero obviamente al trabajo en retrato o en moda. En el que la energía transmitida va entre fotógrafo y modelo. Si hablamos de fotoperiodismo o fotografía social, por ejemplo, el flujo de energía es el mismo, pero cambia la dirección, en estos casos fluye entre los elementos fotografiados y el trabajo, creo, del fotógrafo es plasmarla.

Dejando aparte filosofías low cost, la sesión fluyó. Mucho. Ya veréis el resultado.